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El sendero discurre a través de un
característico paisaje de páramos calcáreos
que por las fuerzas tectónicas de la falla
de Urbel se elevan mostrando su historia
geomorfológica. Sin olvidar la acción modeladora
del río Urbel que dibuja un pequeño desfiladero
a su paso entre los macizos rocosos. El ascenso al
Alto de la Lastra recompensa con una bonita vista
panorámica de este paisaje.
La vegetación con bosques de encinares de
páramo como protagonista, también sorprende
por su riqueza. Junto al río destaca el bosque de
ribera. A los alisos, álamos, sauces, hay que añadir
la presencia de una joya botánica, el nenúfar de
flor amarilla (Nuphar luteum subsp. luteum.) cuyas
grandes flores invaden las aguas superficiales del
río en los meses de verano.